sábado, 29 de octubre de 2016

Victorious in defeat!

Phoenicopterus roseus. S'Albufereta, Mallorca



Victorious in defeat!
Cronica de la I Mallorca Birding Race
Rarebirdspain Swarovski Optik Birdracing Team



Con este título, casi cinematográfico, nos enviaba un email nuestro amigo Bob Flood, de @scillypelagics tras enterarse de nuestro resultado en la I Mallorca Birding Race el pasado 22.10.2016. De hecho, el mensaje venía después de felicitarnos por el ‘triunfo’ en el maratón (Congrats on bird race victory. Bob) al que le respondimos con un algo lacónico ‘Thanks. We were 2nd though’ que fue continuado con la frase victoriosos en la derrota, un poco lo que pasó. Derrota porque los amigos del grupo ‘Petrelvutardos’ (Antonio Sandoval, Alfonso Rodrigo, Antonio Martínez Pernas, Óscar Llama y Albert Cama) merecidamente ganaron el maratón con 114 especies, una más que nosotros, que obtuvimos 113. ‘El búho chico que vimos tras la cena’, comentaba Toñete Sandoval. Ese o cualquier otro porque las estrategias que seguimos los dos primeros equipos, de los siete participantes, fueron diferentes. Y las especies vistas también. Eran las cinco de la mañana, como decía la canción de Juan Luis Guerra ‘buscando visa para un sueño’ y en el norte de Mallorca estaba cayendo una buena tromba de agua. Empezaba el día D de la primera Mallorca Birding Race. Esta es nuestra crónica.



Cotorra power


Empezaba lloviendo pero el maratón había comenzado a las 00:00h, momento en el que estábamos escaneando un parque dónde nos habían dicho (sic) que había una colonia de cotorras. Los grandes nidos se veían con la iluminación urbana. Pero allí no había nadie. Bueno, una pelea de turistas inglesas algo ‘contentas’ y unos urbanos mirando de hacerse entender con el personal... Un tord (zorzal común) fue el único añadido en esta fase nocturna de la maratón confiando en la mañana. Que apareció con inundaciones, la puerta del hotel inservible, unos cuantos mosquitos atacando y el equipo de los Petrelvutardos desayunando con nosotros tranquilamente bajo el ataque díptero... Salimos a ver qué.





Masificación


Todo el verano hemos visto y recibido tuits de compañeros conservacionistas de Balears lamentándose de la masificación experimentada en les Illes. La verdad es que para ser finales de octubre había aún bastante gente y habíamos recibido notícias de ornitólogos locales evitando llegar al cap Formentor no por gusto, sino por imposibilidad dado que estaba colapsada la carretera. Siendo como es zona interesante para muchas especies decidimos ir pronto para evitar dicho colapso previsible. Y no lo había, aunque sí barro, lluvia y niebla. No obstante con las primeras luces empezaron a salir aves, algunas interesantes como el acentor común, otras esperadas como el petirrojo, abundantísimo en estas fechas. La niebla no fue impedimento para observar también el halcón peregrino, y más tarde el de Eleonora y cinco chovas piquirrojas y un roquero solitario cercano fueron muy bien recibidos. Una parada cerca del mar produjo especies interesantes, casi o directamente rarezas en las islas: una inesperada paloma zurita, y unos mitos. En el mar cormoranes moñudos. No empezábamos mal pese al paraguas intermitente, chubasquero y pies mojados. Atchis! 

Saxicola rubicola


Los holandeses


Algo más tarde nos encontramos por primera vez con el competitivo equipo holandés the Flying Dutchmen, con muy buenos profesionales en él, y que quedó tercero en el maratón con 106 especies. Bajaban de la montaña de un lugar de interés para ornitólogos, particularmente extranjeros, pero que nosotros íbamos a trabajar solo parcialmente. La zona estaba llena de aves pequeñas (ningún inornatus, que buscábamos), pero con herrerillo común por ejemplo. Creimos ver al equipo inglés del que nunca más se supo dado que no apareció en ningún momento por los actos previstos. Después de despedirnos, nos íbamos porque iban saliendo aves pero el tiempo, como siempre, era limitado. Después de liarnos por el casco urbano de uno de los pueblos del norte (y ya puestos sumar tórtola turca y gorrión común) nos íbamos para la costa.

Phoenicopterus roseus


Un delfín


Cuando estuvimos en la zona en primavera, la bahía de Pollença se reveló muy interesante e incluso vimos delfines. Se repitió el caso, observando un delfín mular Tursiops truncatus desde la carretera así como la primera gaviota de Audouin. La cercana Albufereta nos ofreció uno de los espectáculos del día, cuando un nutrido grupo de flamencos entró del mar, como recien llegados a la isla y sobrevoló repetidamente la zona. En la laguna muchas especies de interés y poco tiempo para observarlas. Había que seguir.



Fulica cristata

Holandeses ‘motorizados’


En Holanda un medio de transporte  habitual es la bicicleta. Fieles a su tradición, el equipo holandés decidió , acertadamente, usar bicicletas para circular por S’Albufera de Mallorca mientras nosotros íbamos a pie, medio sudando medio mojados. Del resto de equipos ni rastro, debían de estar por otras partes de la isla como así fue. Entre lluvia y no lluvia íbamos sumando especies. Lo que sería la primera cita de porrón moñudo del año en el Parc Natural, por ejemplo, añadió color a las casi gallináceas fochas morunas que andaban por la zona ajenas al gentío extranjero ávido de pasear. Habrá que ir pensando en ampliar los hides del parc, porque no se cabe con tanto visitante. Y eso que llovía! Realmente las reclamaciones de más presupuesto para la conservación de la naturaleza en les Illes parecen justificadas, aunque S’Albufera es una delicia y está muy cuidada. Las aves  bien y en bastante abundancia, tranquilas y cercanas. La falta de tiempo e información fina local nos impedieron localizar la Marmaronetta y el Acrocephalus melanopogon, a la postre definitivos para el resultado final. Pero siempre, en estas maratones, hay que tomar decisiones, y la nuestra fue marcharnos, no sin antes volver a coincidir con los holandeses, una aguja colipinta y un águila real polémica.


Himantopus himantopus


The eagle has landed


Al parecer se escapó un águila real, o dos, hace tiempo por Mallorca. Una se la encontraron muerta y a la otra, como llevaba pihuelas, le pusieron ‘Bicinta’ (no Vicenta...). Sería un adulto ahora. Nosotros, y los holandeses (pero también los Petrelvutardos por la tarde) veríamos un águila real con supracobertoras alares marrón clara (desgaste?) que desconocíamos si era la Bicinta u otra. Da igual. Si los amigos de Mallorca consideran que hay posibilidades de que lo fuese, que la descuenten de los ‘récords’ establec idos para futura referencia. Y ya está. Pero el susto que nos llevamos fue mayúsculo.

Con los Flying Dutchmen



Tumbet


El interior de Mallorca es una delicia. Entras en un bar de un pueblo a comer algo y parece qu e llegas a casa. La señora que nos ofrece el plato local (todo esto el día antes, el del maratón no hubo tiempo,), el ‘tumbet’. Fantástico. Tanto como el delicioso también acento mallorquí del català, que la hija de la señora mira de minimizar para que lo entendamos los catalans peninsulars. No es problema, ya endendemos la e átona, que suena casi como ‘o’. Fantástico. Tanto como la gente y el ambiente. Ese dia anterior encontramos un sitio, allí cerca, que pintaba bien. Había tres collalbas grises migrantes, alondras y alguna casa que parecía adecuada para la lechuza. Que no salió. Bueno sí, una pluma. Pero aquí no hay sinécdoque que valga y no sirve lo del todo por la parte. Dejamos la pluma de la lechuza y seguimos.

Tumbet


Hacia el sur


El día anterior habíamos estado en varios sitios y la hora y la luz apremiaban. Habíamos de decidir dónde ir  y qué hacer. Pero sabíamos de otras maratones (y así fue en esta!) que ‘abandonar’ una especie (y dos o tres) equivale a perder. Por lo que decidimos pasar por la Serra de Tramuntana antes de encarar el sur. Un café milagroso, entre la niebla, nos despertó lo suficiente como para ver los dos buitres, el leonado y el preciado negro, apartando turistas, autocares alemanes y de todo. Casi imposible ver nada. Un tardío joven de primer año de alimoche en movimiento hacia el sur nos alegró el medio día. Más abajo había aviones comunes también aún.



Llegados al sur, detectamos otra vez el cochecito de los holandeses, el mismo que el nuestro. El coche fue un hándicap, dado que estaba amablemente facilitado por la organización  y era el mismo para todos. A caballo regalado... Su pequeño tamaño añadió dificultad en el maratón, aunque dicha dificultad fue para todos por igual con lo que a última hora no dejó de ser un elemento más de la competición. 

Calor humano en el coche
Se nos hace tarde...


¿Quién sabe dónde?


¿Dónde está la avoceta?, las 41 del viernes no estaban ‘en su sitio’... ¡y nos hacían falta! Tampoco la Limosa limosa ni el Philomachus pugnax! Epic fail! Algún Calidris y Charadrius pero 'poca cosa'! Y eso pese a la perfección óptica de nuestro Swarovski ATX 95 para escanear a larga distancia! 

Charadrius alexandrinus


¿Estarian dónde los holandeses? Nos acercamos a su sitio coincidiendo con un penalty del Barça en el último minuto de un partido. Nunca sabremos si eso influyó en perdernos una especie que reclamaba por la zona y otros vieron... El barro sí nos impidió acercarnos a las salinas. Y ver a los holandeses enfangados y corriendo porque se habían olvidado algo tal vez fue otro peso en la  balanza que decantó el resultado final. El caso es que, pese a un alcotán migratorio, se nos echaba la tarde encima y aún no teníamos marinas.

Cap de fibló sobre la costa sur
Fuimos a un sitio, este sí, conocido, y salió la curruca balear, endemismo de les illes a nivel mundial. Pero ninguna pardela. Decisión in extremis: ¡al puerto!. Y allí sí salió el charrán patinegro, que sabemos está porque lo vemos repetidamente en los viajes que regularmente hacemos en barco a les illes. Pero con la luz amarilla no quisimos dar por fuscus a ninguno de los lejanos primeros inviernos de gaviotas grandes que se iban a dormir al mar. Sin nuestra óptica Swarovski es que ni se hubiese podido intentar. Casi seguro había un par, pero preferimos no darlos por seguros. Y suponíamos que con 112 íbamos bien.  Y sin pardelas... ¿Cómo era posible?. Otro intento al cotorra power (nunca mais!) y nada. Volvemos a Alcúdia a cenar, que nos habíamos comprometido con la organización.

No sale la pardela...

Palma at dusk


Fast food


No era fast food lo que nos ofrecieron, en absoluto. La excelente y atenta organización había dispuesto unas cenas y comidas muy interesantes patrocinadas por todas las instituciones que daban soporte a la iniciativa, hecho muy de agradecer. Lo de fast viene de que llegamos 10 minutos antes de cerrar la cocina y hubimos de comer rápido (muy fast). Allí estaban los Petrelvutardos con cara de satisfechos. Malament. Esa alegría era señal de que les había ido bien. ¡Habríamos de apurar! Y así lo hicimos (¡y ellos también, dicho sea de paso!). El recorrido nocturno post-cena por zonas de lechuza no produjo lechuza alguna. Sic. Pero la habilidad desarrollada en la imitación del autillo tras años de silbar, cual ave canora, sí hizo que uno de estos buhos pequeños nos respondiese! 113 especies! No estaba mal, pensábamos, cuando el dia anterior el editor del anuario del GOB, Carlos López-Jurado, nos decía que un resultado de 100 especies sería bueno. 


Aunque esperábamos algún reclamo nocturno de zorzal alirrojo u otros, el único que se oía era el común. Así que, cerca de la media noche, volvimos al hotel ofrecido por la organización para rellenar, y entregar, nuestra lista. Victorious in defeat, al final. Pero contentos después de haber pasado un divertido dia por Mallorca.

Rarebirdspain Swarovski Optik Birdracing Team #rbsbt 2016 De izquierda a derecha, Ricard Gutiérrez, Oriol Muntané, Carolina García-Martí, Sergi Sales, Gorka Gorospe.



Epílogo


Este tipo de eventos son buenos para poner de relieve la diversidad que atesora un lugar si pones a unos grupos de expertos a buscar aves de forma digamos ‘intensa’. Que tres equipos superasen las 100 especies vaticinadas por el grupo local ya es prueba de ello. Y da fe no ya del potencial de estas zonas e islas, sino de su realidad. La realidad que atesoran espacios increibles, muchos de ellos cerrados al público o de acceso limitado por la coyuntura insular. Espacios con especies endémicas, únicas en el mundo, que ocupan unas islas de tamaño finito donde cada vez, por su tranquilidad, seguridad, statu quo a nivel global, buenas infraestructuras y facilidades, viene más gente.  Nos gustaría pensar, y por eso participamos, que el objeto de este tipo de celebraciones no es llenar más habitaciones de hotel, como alguien comentó en redes sociales. Sino poner de relieve unos valores  naturales extraordinarios que hace falta preservar. Y si hace falta, regular. Pero que sin duda ayudan también al turismo insular, atrayendo visitantes, muchos fuera de temporada. 


La gallina de los huevos de oro endémicos es preciada. Vinimos a ensalzar las virtudes de la gallina y disfrutar de los huevos de oro. Y lo hicimos. Siguiendo con la metáfora, esperemos haber ayudado a que los 'encargados del corral' hayan percibido esta realidad.  Si es así, contentos de ser victorious in defeat.


Foto de familia con autoridades locales e insulares así como participantes de la I Mallorca Birding Race, Ses Salines, Mallorca, 23.10.2016

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