Lo que el viento se llevó (1939). Director: Víctor Fleming. Un árbol como este, casi, nos cortó el camino previsto. El viento se lo llevó por delante. |
Lo que el viento se llevó
[Gone with the wind]
Crónica de la XVI Maratón Ornitológica estatal de SEO/BirdLife 2016
Rarebirdspain Swarovski Optik Birdracing Team
Después
de que con 200 especies en 2015 quedásemos segundos, prueba del nivel de los
equipos que participan en la maratón ornitológica estatal que organiza
SEO/BirdLife desde hace 16 años, este año nos íbamos a poner las pilas. Bueno,
eso planeábamos. Sin mucho margen de maniobra porque todos trabajamos o tenemos
cosas que hacer, y no había mucho tiempo para el ‘scouting’ (preparación previa
de la maratón y su ruta), hubo que pensar en alternativas.
La
primera fue reunir no los Marvel Avengers sinó el RBSBT (acrónimo de nuestro
equipo y etiqueta de twitter #rbsbt). Que no es fácil tampoco. Este año íbamos a
participar en nuestra versión ‘All Stars’, es decir con todos los miembros de
las últimas ocasiones incluyendo a tres ‘ex-comité de rarezas’ . A última hora
por problemas de agenda no pudo venir Oriol Muntané y el equipo lo conformamos
los de la foto adjunta: de izquierda a derecha Gorka Gorospe, Sergi Sales, Carolina García-Martí y Ricard Gutiérrez.
#rbsbt 2016 |
El plan
El plan
era sencillo: ver el máximo de especies de aves. Como el de todo el mundo,
vaya. Pero para ello habíamos trazado unas cuantas premisas. La primera la
fecha, que fuese la de un máximo de especies en nuestra zona. La segunda el
tiempo, que la meteorología no nos estropease el maratón, como había pasado
alguna vez. La tercera el equipo, atrezzo y estrategia, que contaba con la
colaboración de Esteller, el representante español de Swarovski y su óptica, de
alta calidad y gracias a la cual aparecieron unas cuantas especies: los 10x de
más del ocular telescopio ATX 95mm marcaron la diferencia al menos al detectar
cuatro especies a gran distancia… Y es que todo suma.
Últimas decisiones trazando el plan previsto, 29.4.2016 |
Después
de la concentración en un lugar próximo al centro del mundo, o eso dice la
leyenda local, estuvimos planeando la ruta concreta para los diferentes tramos
del maratón. Cada variación implicaba dejar algo o tener posibilidades de una
especie más. Al final salimos, con algo de retraso hacia nuestro primer punto.
La
méteo
La
verdad es que esperábamos un tiempo variable, con tal vez alguna lluvia ‘débil’
(eso decían los pronósticos) pero no contábamos con lo que iba a ser el fin de semana más frío de
un inicio de mayo en decenas de años de registros meteorológicos.
Pese a que el presentador era alto, el pronóstico meteorológico se quedó corto y fue mucho peor de lo previsto |
A ‘primera
hora’ de la noche las aves colaboraron y fueron saliendo según el horario previsto. Una
lechuza tempranera nos ahorró tiempo que invertimos en oír un avetorillo que
teníamos localizado cantando. Otras dos especies ‘bonus’ que habíamos
concretado a última hora no aparecieron durante la noche, aunque el conjunto de
especies nocturnas se portó relativamente bien. Iniciábamos la segunda fase de
la maratón.
Y llegó la lluvia.
Y llegó la lluvia.
Cuando
vas conduciendo de noche y afrontas el tránsito por pistas o carreteras
presuntamente heladas o llenas de nieve te lo piensas dos veces si es que no
llevas el vehículo adecuado. Como era el caso. La verdad es que hubiesen hecho
falta casi cadenas porque nos llovió y nevó encima durante la noche. Hasta
los habituales corzos, gamos y liebres parecían más ‘recogidos’ que de
costumbre. Para evitar males mayores, a las 4 de la mañana tomamos una dolorosa
decisión. Pasábamos al plan B.
Lluvia intensa imprevista en el Pirineo. Aplicamos mal que nos pese el plan B #rbsbt— Ricard Gutiérrez (@gutarb) 30 d’abril de 2016
Por primera vez teníamos localizadas y
prácticamente aseguradas hasta cuatro o cinco especies que no nos solían salir.
Pero la climatología adversa nos hizo renunciar a esa opción. La alternativa
eran opciones reales de jugársela físicamente. Y no valía la pena. Con el plan
B en marcha seguíamos bajo cero y la furgoneta iba chafando hielo ‘crock-crock-crock’
mientras avanzaba por la zona donde empezaríamos.
Winterfell? |
Y se
hizo la luz
Parecía aquello el norte del muro y solo faltaba la Nightwatch de la serie Juego de Tronos. Que frío. Sin embargo iban apareciendo las especies más o menos habituales y al menos ya no nevaba. Empezaba la parte diurna del maratón.
Frio. Todos alerta. |
Más adelante otra decisión. ¿Perder un rato largo en desviarse por una especie o esperar encontrarla más adelante? La decisión tomada fue la buena ya que se vió un rato más tarde. La lluvia y el mal tiempo no dejaban volar cómodamente a rapaces y hasta los buitres estaban escondidos en sus nidos. Solo algunos paseriformes se apostaban a salir y cantar manteniendo su territorio. Un gavilán lejano, acosado por bisbitas alpinos y alondras nos permitió añadir tres especies más en una aguda observación de los miembros del equipo. Pasado un túnel aparece una pareja de golondrinas dáuricas. Eureka, otra especie. Unos rayos de sol permitían volar a buitres y entre ellos un halcón peregrino que parecía de miniatura. Íbamos sumando.
Buscando entre las nubes |
Las montañas |
Nido de Gyps fulvus |
Buscando especies nuevas |
Condiciones ideales para la observación de rapaces |
Emberiza citrinella |
El viento
El mal tiempo nos hacía pensar que al bajar a
la llanura, según lo que pronosticaba ‘el parte meteorológico’
tendríamos más sol y más especies. Sol sí, pero viento también. Con todo
fueron apareciendo algunos migrantes como el alcaudón común. En cables
de alta tensión habíamos visto gorriones chillones también. Y un
subadulto de águila real sería el único de su especie que aparecería al
final.
Petronia petronia |
Fulica atra, Anas platythynchos, Hirundo rustica |
El viento en la llanura era importante. Las aves paseriformes se
escondían en los arbustos y el carrizal estaba desierto, batido
incesantemente por el viento del norte que no dejaba escuchar casi nada.
Ahí perdimos también al menos tres o cuatro especies. Algunas estaban
el día anterior. Pero era imposible mantenerse a descubierto. Menos mal
que un búho real se dejaba ver en la puerta de su cueva. Parecía que
admiraba como volaban ramas, polvo y otros restos vegetales impulsados
por el incesante mestral. Y otro cambio de plan. Todo lo que habíamos
prospectado los dos días anteriores no sirvió de nada para el maratón.
Las condiciones reinantes y lo que llevábamos visto nos hicieron cambiar
radicalmente lo que andábamos planeando hacía tres meses. En fin, ya
conocemos mejor nuevas zonas. Aunque las alternativas no fallaron del
todo y las especies típicas aparecieron. Incluyendo algunas tórtolas
europeas, que otros años se habían hecho de rogar.
Y seguimos buscando... |
De
camino al sur
Cuando
estás de maratón hay que estar ‘al loro’. El loro (Myopsitta monachus) también
cuenta, y ya lo teníamos. Hay otra especie que suma, la de Kramer, pero hasta
la fecha no nos ha aparecido nunca. Pues bien, lo de estar al loro, o ‘atentos’
nos fue bien porque un halcón abejero (Pernis apivorus) y luego un adulto de
águila perdicera (Aquila fasciata) nos pasaron por encima, entre aplausos del
equipo. Bravo!
De la nieve a la estepa |
Paradas estratégicas... |
...producen buenas observaciones (Aquila fasciata) |
Y el
vendaval se desató
Si ya
había hecho viento desde el mediodía, la tarde ya fue épica. A medida que
avanzaba la tarde se incrementaba el viento. Golpes de suerte nos produjeron
alguna gaviota inesperada. Y limícolas. Más tarde, aves que teníamos
localizadas allí estaban. Y en un arbusto se acumulaban decenas de mosquiteros
musicales que no se atrevían a volar. Entre ellos dos papamoscas baleares,
futuro ‘split’ y de momento subespecie del gris. El cormorán grande que
teníamos 'en nómina' había abandonado su puesto a causa del viento. Normal. Cerca
un árbol de grandes dimensiones había caído cortándonos el paso. Tampoco aparecían
martinetes. ¡A ver quién salía a volar! De
hecho, por primera vez, vimos una garcilla cangrejera en vuelo activo marcha
atrás: pese a sus intentos el viento la llevaba en dirección contraria…
Himantopus himantopus et al |
Charadrius hiaticula |
Los
últimos intentos con luz fueron el do de pecho, tapados con lo mismo de la
noche y soportando ráfagas de más de 70-80 km/h. Se movía una torre y un
observatorio de la zona. Y pocas aves se aventuraban a salir. Fallaron algunas,
aunque aparecieron un par a última hora. Ya de noche solo alguna gallineta se
aventuraba a contradecir el viento del norte que seguía soplando con fuerza.
Era hora de recogerse. La maratón de nuestro equipo había concluido.
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