Contracrónica del Maratón Ornitológico 2013
Opinión
Por Ricard Gutiérrez
¿Y ahora qué escribo yo? Llevamos cinco años seguidos
pasando de las 200 especies en el maratón ornitológico, en el que participo
desde el principio. Y desde antes. No hemos nunca superado el record absoluto
de los ‘tramuntanos’ pero la marca de 207 de 2011 ha sido nuestra mejor y muy
meritoria. En 2013 un poco menos, muy poco. ¿Cómo es posible ver cada año más
de 200 especies de aves en un día?
La respuesta parece clara: trabajo previo,
conocimiento y toma de decisiones.
La verdad es que tenemos un arma secreta que hemos ido
perfeccionando con los años: No es ningún programa informático tramuntano o
aparato ‘geek’. No. Es de papel. Es nuestro ‘roadbook’, ‘libreto’ o libro de
ruta, donde apuntamos lo que se ve, vemos lo que falta y tenemos referencias
constantes de cómo vamos en relación a años anteriores. Sin libreto no hay
maratón.
Aunque la óptica (y una buena nevera con cafeina a manta) también
cuenta, unos oídos finos son imprescindibles. Un grupo bien avenido también. Y
un coche cómodo, que a poder ser no sea el de uno de nosotr@s, porque se padece
y trabaja mucho. Por último, saber cuando hay que dejar un sitio, tal vez lo
más dificil.
Estar viendo un pito negro que raramente ves a lo largo del
año, muy cerca, y no poder pararte a fotografiarlo. O los corzos del camino. Ni
hablar de digiscoping o de pérdida de tiempo. Haber de marcharte viendo a penas
unos segundos el precioso macho de roquero rojo. O de escribano hortelano. Eso
cuesta. Más que identificarlos, lo que cuesta es haberte de ir para seguir con el maratón. Las fotos, como la de arriba, el día antes. Durante la prueba se hará alguna pero casi siempre será mala y deprisa. Porque el maratón ornitológico es una prueba de resistencia. Física, sí, pero
mental también. Y al final del día, cuando queda poco y no llega la marca
deseada y temes quedar por debajo de marcas anteriores salen los nervios con los
compañeros. Que no paremos aquí, que vamos allá. Hay que tenerlo claro. Como en
el futbol, todo se queda en el coche. Porque el objetivo del equipo está por
encima de las necesidades individuales. Y no podemos arriesgar el trabajo de
las 20 horas anteriores en una equivocación estratégica de última hora. Menos mal que se queda todo en el coche :-)
Si eso se tiene claro, se pueden superar las 200 especies de
aves en un día, al menos en el noreste ibérico.
Algunos fallos...
Como decia Tony Curtis en la película ‘con faldas y a lo
loco’ al final de la peli, ‘nobody is perfect’. Nadie es perfecto. En esta
ocasión no es que ningun@ del equipo vistiese del sexo contrario,como en la pelicula, sino
que también cometemos fallos pese a ganar o estar en lo alto:
‘Luna lunera, cartagenera’ decía alguien. Si ocho horas del
maratón van a ser de noche, estaría bien tener en cuenta la luna que habrá para
ver si podremos ‘intuir’ algo o por el contrario todos los gatos serán pardos.
Y las aves negras, como la focha. O el zampullín ‘todonegro’.
A lo mejor para acabar viendo una especie más no hace falta
conducir de noche más kilómetros y podemos sacrificar alguna especie a cambio
de estar más frescos por el día o buscar alguna especialidad nocturna.
Tampoco hacer como este año, en el que estuvimos 38 horas seguidas en el campo la mitad del equipo para preparar la maratón el día antes... Eso no puede ser. En los exámenes no se aprueba estudiando el último dia.
Luego hay especies con las que simplemente no vale la pena.
Hasta este año había sido el caso de la ganga, que sí salió. Pero hubimos de
sacrificar otras de distribución más apartada como la curruca tomillera o el
águila perdicera.
Por cierto, ¿algún año criarán bien las rapaces de nuestro
recorrido? Porque si el mismo es reflejo de lo que pasa en el conjunto del
territorio, vayamos preparando la lista de especies amenazadas porque habrá que
ampliarla. Otro ejemplo sería el de la tórtola Streptopelia turtur. Ninguna vista en 2013. En los cinco años anteriores, analizando los resultados de SEO/BirdLife del maratón, la cantidad de equipos de entre los cinco primeros que la ha visto ha ido decayendo...
...y algun acierto...
No emperrarse en que salga algo. Ni oir o ver lo que no es.
Aquel carricero podría ser un melanopogon
porque canta aflutado. ¿Estamos seguros? No. Pués no cuenta. Y eso que sí
ha salido otros años.
Y repasarlo todo dos o más veces. Como nos enseñó un colega
holandés, Jan Wierda, que vivió en el delta del Llobregat entre finales de los
años 80s y principios de los 90s y que encontró numerosas especies raras a base
de revisarlo todo. De no dar nada por descontado o imposible. Así salen las
cosas. Así salen las rarezas (aunque no observásemos ninguna).
¿Qué falló?
La previsión de nuestro
método daba una horquilla prevista de especies entre 198 y 206 (obtenida en
base a un sistema parecido a la Ji-cuadrado estadística fundamentada en los
resultados previos obtenidos en años anteriores – gracias conteos de Drosophila de Genética de tercero de
carrera por ayudarme a mejorar los resultados del maratón-).
En realidad, las que considerábamos seguras o de probable
observación fueron mayoritariamente observadas. Las únicamente posibles
fallaron más que en años anteriores, hasta seis puntos en la escala de
probabilidad. Y esa mala suerte o producto de las decisiones en el campo
explican que no superásemos nuestro propio record, pese a obtener un buen
resultado:
- El mar estaba casi desierto. A penas un grupo muy lejano de pardelas baleares y un págalo parásito. Nada más.
- Las rapaces no acabaron de colaborar: falló el Pernis, que se estaba viendo ya en paso; el aguilucho pálido, del que quedaba algún ejemplar; el águila perdicera, por fracaso en tres territorios conocidos al menos y el águila pescadora de la que otros años habíamos visto bastantes ejemplares.
- Especies localizadas el día antes no estaban: la Porzana parva de Riet Vell, Phylloscopus sibilatrix o Sylvia borin en arboledas del delta de l’Ebre...
- Otras no quisieron aparecer: Limosa limosa, Crecopsis daurica, Tringa erythropus, Clamator glandarius, Caprimulgus europaeus, Coracias garrulus, Alauda arvensis, Anthus spinoletta, Locustella luscinioides, Acrocephalus melanopogon, A.schoenobaenus, Coccothraustes coccothraustes.
- O tuvimos que dejarlas aparcadas: Sylvia undata, S.conspicillata
- Por no decir lo que costaron otras como Asio otus, Monticola solitarius o Aegithalos caudatus! La climatología adversa de dias anteriores seguramente ha afectado la cría de muchas especies en la zona del Pirineo.
Con todo en teoría hay margen para la mejoría. Otra cosa es
que hayan ganas o, más bien, posibilidades.
La crisis aprieta y Joan Antó
nos ha comunicado que abandona el equipo después de esta maratón. Gràcies Joan.
Condición
física a parte, prepararla cuesta tiempo y dinero, cosa que si no hay trabajo o
éste se ve reducido sistemáticamente en base a recortes salariales y de tiempo
libre, pues se convierte casi en misión imposible.
No adelantemos acontecimientos. Superar cinco años seguidos
las doscientas especies en 24 horas es un hito. Y de los gordos. Es
simplemente, una auténtica pasada. Un disfrute y un auténtico placer. Aún
tenemos una biodiversidad bárbara. Y con eso nos quedamos.
Ah, se me olvidaba. ¿Que cómo se ven más de 200 especies en
un día? No se, tal vez fuera un buen título para un
libro o una publicación. Quien sabe.
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