‘Objetivo cumplido. Hemos despistado a ‘los tramuntanos’.... Pero no suficientemente’
(risas).
Esta frase fue la que comentamos pondríamos como inicio de esta crónica en el blog del equipo mientras desayunábamos en la misma mesa (sí, la misma) que el Tramuntana Birding Team. Otra vez (y ya van demasiadas seguidas) nos han vuelto a ganar (casi que podríamos decir que nosotros sólo les hemos ganado una vez... aunque esa vez tuvo y tiene repercusión internacional en el libro de nuestro amigo Anthony McGeehan... (Birding from the Hip) pero el caso es que 170 a 160, nos superaron por una media hora de luz, creemos nosotros. Y por el frío que nos cambió los planes esa misma noche. Porque si hubo algo fue despiste, coincidencia y también frío. ¿Donde? En los 890 km que recorrimos de sur a norte, sí, al revés, con el objetivo de probar algo nuevo y esperábamos de obtener un resultado bueno, que lo fue, suficiente para ganar, que no lo fue.
El dia 17.10.2009 se celebró la tercera edición de ‘El Gran Reto’ de SEO/BirdLife', la maratón ornitológica de otoño para los equipos ganadores en la de primavera. Este año se celebraba, oh sorpresa, en las comarcas de Lleida y Tarragona, con el patrocinio de las administraciones turísticas de la zona. Si bien el Delta de l’Ebre es terreno común para muchos grupos de la maratón, incluyéndonos nosotros y el TBT de entre los presentes en el Gran Reto, sólo nuestro equipo efectúa regularmente su maratón por Lleida. O sea, que ‘jugábamos en casa’. ¿Pero que casa? Las prospecciones previas y los datos con que contábamos ya nos dejaron claro que una cosa es la primavera y otra el otoño invernal (2ºC en Ivars d’Urgell es más invierno que otoño...), con lo que la bajada brusca de temperaturas nos dió alguna desagradable sorpresa en forma de desaparición de especies como el autillo Otus scops o la lavandera boyera Motacilla flava que teníamos controladas... Pero ese análisis sería objeto de otro post... Como fue la maratón? A eso vamos!
Con el tema de ver a amigos que hace tiempo que no veías (Eduardo de Juana por ejemplo, ex-secretario del Comité de Rarezas, participaba con el equipo de los archibebes tintos Tringa etílica, -famosa limícola de distribución restringida al centro peninsular y conocida por su color rojo en mejillas y su reclamo ‘hics’ repetido periódicamente), y explicando algunas cosas a equipos de otros lugares, resulta que fuimos los últimos en salir del hotel de concentración en Vilagrassa, Lleida, sobre las 11:40. Malament!.
Sin embargo, una vez puesto el cuentakilómetros a cero y con todos los sistemas en marcha (boli, libreta, gorra, y gps más linterna) y otra vez con demasiados bolsillos en el chaleco que te hacían perderlo todo nos presentamos en una zona próxima al hotel donde, oh!, vimos un grupo de sisones recién pasada la media noche. Empezamos bien. Una visita a una de nuestras zonas talismán de primavera nos produce ya Anas platyrhynchos, Ardea cinerea (ambas no muy importantes) pero, ese sí, Athene noctua reclamando insistentemente. Nos dirigimos a Ivars d’Urgell, donde tenemos esperanza de ver la lechuza y oir el alcaraván. No llegamos. Antes ya detectamos al paso del vehículo una Tyto alba en un árbol al lado de la carretera. En la laguna no hay alcaravanes (al día siguiente sabemos que los TBT han dado de bruces con uno en el aparcamiento de la laguna...) pero sí Anas clypeata, Rallus aquaticus y un paso de zorzales Turdus philomelos entre alguna otra cosa. Vamos a ver si encontramos una especie que no aparece pero sí que damos con una pareja de Homo sapiens en presunta actividad reproductiva. Tiempo de irse. Carretera y manta que decía aquel... Hasta el momento todo parecido a la maratón de primavera pero... cambio radical, por decisión comunitaria decidimos que, visto que somos tres y con lo que habíamos podido ver y preparar, íbamos a hacer la maratón al revés! Empezando por el mar y hacia la montaña... Iban a flipar todos cuando no estuviésemos en la torre de l’Aufacada en el delta de l’Ebre por la tarde (luego sabríamos que ya nos buscaban por la mañana...).
Una parada nocturna en determinada localidad de la costa para ver la cotorra que nos vigilaba desde su nido bien iluminado por las luces de la calle y unas cuantas gaviotas también ilustradas de paso, seguimos rumbo sur hacia posibles autillos, Nycticorax o incluso avetorillos reclamando (habíamos visto uno esa semana). Ya estábamos en el delta de l’Ebre. No. No salió el autillo. Demasiado frío debió pensar... Y es que cómo había cambiado el tiempo! Esa misma semana RG se bañaba allí en el mar y ahora todos con forro polar y con frío serio... Sin embargo los martinetes sí iban a salir en el plan b que teníamos para ellos. Bueno, uff. Tiempo para descansar 1 hora y pico. El pico resultó ser de 5 minutos (debía ser un pico menor..., jaja) pero vaya, siempre sentó bien.
Ya por la mañana otro cambio y otra novedad bien estudiada. Gracias a la información de nuestros contactos locales incluimos una localidad de las sierras costeras catalanas próximas al delta donde empezamos con buen pie el dia! A los esperables Erithacus rubecula, Turdus merula o Sylvia melanocephala añadíamos los únicos Troglodytes troglodytes del día y delicatessen como Prunella modularis, Emberiza cia, Alectoris rufa (menos trabajo para después), una magnífica Sylvia undata, un no menos fantástico Lanius meridionalis y la bomba en forma de dos Coccothraustes coccothraustes!! Entre pitos y flautas (Picus viridis et al) eran las 8:36 cuando entrábamos otra vez en el Delta de l’Ebre con nada menos que 47 especies en el saco!.
El itinerario del Delta de l’Ebre estaba bien estudiado si bien esperábamos ver como se desarrollaba ya que en días anteriores habíamos observado variación en la avifauna presente. Un grupo numeroso de Moritos, con el Montsià de fondo, nos dieron la bienvenida (y vaya recibimiento!). Pronto una decena larga de especies estaban en el saco. La laguna de l’Encanyissada, sin embargo, era escenario de una película de miedo. De miedo para los patos que estaban allí ya que se estaba cazando desde tinas y embarcaciones. La guerra de Cuba, vaya. Por suerte en medio de la cubeta grande un majestuoso cisne común Cygnus olor estaba aún rodeado de algún millar de patos entre otros Netta rufina o Aythya ferina, pero también Podiceps nigricollis. Bien! Las 9 y 70 especies!. Tal vez por el follón sólo somos capaces de detectar un scirpaceus y se nos escapa el Acrocephalus melanopogon que no veríamos el resto del día. Llegados a la Tancada, otra etapa imprescindible, la avalancha. 25 Sterna caspia juntas! Y Arenaria! E incluso unos pardillos por la zona. ¿Y la avoceta? No vemos ninguna ni tampoco Limosa limosa. Ni la gularis de la zona. O chorlitejos... Hay que hacer algo! ¿Que?
A la Punta de la Banya!
Sí, es un cul-de-sac y se pierde un rato. Pero no podemos irnos sin la avoceta! Y allí, desde el final del camino público, la vemos junto con un esmerejón F.columbarius de propina (el único del día) y un halcón peregrino (veríamos otro pero este estaba encima nuestro parado en un poste del Trabucador).Salen Tadorna a patadas (siendo un pato es normal que salgan a pata-das, no?) pero no ninguno de los aristotelis que sabemos hay dentro de la reserva natural. 97 especies! Las 10 de la mañana!.
Después de saludar por primera vez al equipo de Cantabria (también iban al revés!) y fichar Anas penelope (bien situados donde habían estado toda la semana) y acuta (también) aparece una medio-sorpresa: Anthus richardi. Especie 101! RG había detectado uno el fin de semana anterior y allí estaba. En unos arrozales llenos de limícolas aparece como por arte de magia la gularis de la Tancada y en medio de casi miles de alpina y minuta un Calidris ferruginea!!. No estaba el anunciado Xenus cinereus visto allí unos dias antes pero a efectos de la maratón contaba igual. Una calzada H.pennatus en un árbol, tres P.apricaria encima nuestro y dos pescadoras por allí. No esta mal! Después de ver algunas marinas más y una espátula dejamos el delta con 121 especies. Vamos algo tarde pero el número es muy bueno. Pocas cosas han fallado y vamos rumbo norte con el convencimiento de que ‘la cosa’ va bien. Pero aún había de llegar otra vez el frío...
Rumbo norte
Alguna parada estratégica para aves de bosque y primera decepción. No está el buho real! Como puede ser que esté en un sitio desde hace años y de golpe desaparezca la misma semana? Menudo fallo que no recuperaríamos. No empieza bien la prospección por el interior y Lleida. Primer territorio de collalba negra. No está. Segundo. Tampoco. Tercero (donde no falla nunca)… tampoco.. Argh! Sólo nos queda uno cerca del itinerario… pero uff, por suerte está allí la hembra. Un blocker menos. Cambiando constantemente de camino para reducir tiempo, el Monticola está clavado donde toca. Bien. Y aparecen otras especies buenas como Phoenicurus phoenicurus (un macho!) o un bando numeroso de Petronia momento en que vemos una furgoneta…. de Cantabria! (impresionante… nos vienen siguiendo?). Pero unas coordenadas que teníamos de un bando de gangas Pteroches alchata nos hacen perder miserablemente un tiempo precioso. Y probablemente la maratón en parte. Porque no sólo no salen, sino que nos despistan. Decidimos abandonar la zona sin haber visto tampoco la calandria, que tampoco colabora porque unos tractores estaban labrando el campo donde estaban esa misma semana. Mal asunto y mala señal. Son las 4 y tenemos 146 especies en el bote. Aún hay esperanza. Todo depende de la última carta que juguemos.
Más al norte
Cuando tienes prisa siempre te encuentras con gente que va lenta, camiones, tractores, motocarros, trolebuses o caravanas de borregos. Un poco de todo eso vimos. Bueno, trolebuses no, pero es una metáfora. La tarde era buena y en el punto de inflexión (donde te juegas la carta de marras) decidimos abandonar la plana de Lleida para apostar por ir al Pirineo. Nos faltaban muchas especies forestales y creímos que allí las veríamos. Pese al sol, sin embargo, las temperaturas iban a ser claramente inferiores a las de los días de la prueba. Demasiado inferiores para que alguien ‘cante’ por la tarde…
Estar casi una hora sin añadir especies por la tarde es malo para la moral. Sin embargo el Cinclus cinclus fue bienvenido. Buitre que volaba era escaneado, por si el buitre negro o el quebrantahuesos… No apareció el primero pero sí el trío de los segundos que esperábamos. Bien, bien! Por el camino saltaban algunos Emberiza cia. Pero y las especies comunes? Aparecen con el calzador y con demasiado sufrimiento Parus ater (increíble que costase tanto) y Regulus ignicapillus. Pero y el regulus? Y el Parus cristatus? Sin estas especies no podemos ganar! Y están por ahí! Que desespero… De golpe dos córvidos aparecen y se posan cerca del prado donde estamos…. Chovas piguigualdas!! Pyrrhocorax graculus! Bien! Rápidamente un grupo de Serinus citrinella que pasan de los 2ºC que también experimentamos allí (debe ser la temperatura de moda del día), y lúganos C.spinus, con un bicho raro en medio que por momentos parece un Carduelos flammea (pero que no apuntamos). En el bosque canta ténuemente un Certhia familiaris. Pero sería de las últimas especies. No aparece el cristatus! Mientras discutimos el tema y nuestras posibilidades aparece un coche a toda máquina, aparca y sale gente corriendo sin decir ni pío hacia el bosque… los Cántabros!! (otra vez flipamos…). Intentamos ver donde van pero ni rastro, se los ha comido el bosque. Luego sabemos que habían visto un… urogallo! (aquí sí que alucinamos en dolby stereo). Bueno, nos autoconsolamos, nosotros una Scolopax rusticola... Mas tarde canta un cárabo Stix aluco como lamentando nuestro resultado, que, pese a esfuerzos nocturnos ímprobos, sólo añade el alcaraván. Demasiado frío. Y acabamos con las 160 especies anunciadas. No está mal. Pero ya nos damos cuenta que será insuficiente, como a la postre sería.
O sea que, ¡Otro año será! (o eso decimos últimamente…).
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