jueves, 30 de abril de 2009

Superando la barrera del sonido


Superando la barrera del sonido...

'Crónica de la maratón 2009 RBSBT'


Horas negras, viento fuerte


Las 9:30. Salimos de L’Hospitalet de Llobregat después de haber repostado en la tienda TotBo un buen surtido de alimentos para circular sin detenerse las próximas 24 horas. Dirección? Hacia La segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer ... No, el conductor no era Peter Pan sino Sergi Sales, a los que acompañábamos Xavi Larruy, el incombustible Armand Ramal y el no menos incombustible tampoco Ricard Gutiérrez. Vaya, el equipo ignífugo, casi. Tiempo justo para llegar a nuestra destinación inicial y ver que hace viento. Bastante viento. Y que no se oye nada o casi nada. Vaya tela. Después de varios intentos incluso habiendo de volver atrás en la primera decisión dura ‘del día’ sale el primer objetivo: el Asio otus. Unos pollos pidiendo comida. Bien! Acompañándolos por la zona el ruiseñor (uno suelto…) un solitario (inesperado) chorlitejo chico y un Burhinus cantor junto a un coche tuneado de unos garrulos de sábado por la noche. Y no éramos nosotros, que conste.


Sáaaabado la nocheee, hecha para rocanrolear… (no para bimbar)

La visita nocturna a una zona húmeda sólo reporta un, también inesperado schoenobaenus reclamando y cantando contestando a nuestro ‘pishing’. Pero… ¿Y los rascones? En Cuenca lo menos. El viento que hacía había enmudecido hasta los ruiseñores de guardia. Mu malamente. El año pasado habíamos conseguido hasta limícolas allí y ahora teníamos menos de la mitad de las especies ‘liquidadas’. Y la lechuza? Pues ahora o nunca porque o sale ahora o no sale. Y salió. Sin dar vueltas por el campo sino escondida cerca de su territorio. Pero bien visible. Uff, otra menos. Vamos por los chotacabras. Verlos en la maratón es siempre difícil porque están llegando o acaban de llegar a nuestra zona por estas fechas (si fuese un par de semanas más tarde la maratón otro gallo cantaría…). Pero uno solitario y lejano apareció, aunque sólo lo oimos la mitad de la gente, el resto devorando ya croissants de chocolate y una coca-cola de guardia para afrontar el resto de la noche. El saludo ‘croc-croc’ del sisón cual simpático eructo pajaril nos dijo que debíamos iniciar el largo camino hasta el Pirineo.



Mientras dos del equipo se dedicaban a dormir un rato, otros dos conducian especulando cuando y donde nos pararian los Mossos. En 2008 lo hicieron dos veces. Pues bien, este año estaban allí pero no nos pararon (y no porque no tuviésemos cada de sospechosos, jejeje). La radio trampeaba con las tres emisoras disponibles mientras sorteábamos garduñas, zorros, conejos y hasta algún corzo nocturno, ‘bonus’ no puntuables de esta maratón. Pero siempre de agradable observación. Una parada estratégica y el cárabo llorón al saco. Casi todas las nocturnas liquidadas. Hora de dirigirse al punto de parada donde disfrutaríamos de la siesta reglamentaria de 50 minutos antes de empezar el tramo diurno.



Estación Polar Zebra


Suerte que había hecho calor durante la semana porque de lo contrario no llegamos. Había más de un metro de nieve la semana anterior y ahora, aunque quedaba mucha, ya se podía circular bien por la pista. El canto de mirlos, zorzales y algún párido precedió a un agateador norteño (¡bien!). Este año no hubo ni mochuelo boreal (pese a lo boreal del ambiente) ni becada. Lástima. Empezaba el baile, a 2ºC y con viento, lo que daba ciertamente una sensación muy polar al tema. Sin embargo ya estaban allí aviones roqueros y uno común haciendo sus nidos! Junto a ellos cantidades de piquituertos y verderones serranos. Que delicia. Un solitario mirlo capiblanco nos dice que empecemos a correr, que pasa el tiempo. Y le hacemos caso. Un pito negro, algunos picapinos y… achtung! Un coche en medio de la pista… ‘pero si es el Joan Ventura’ dice Sergi. Primer grupo que encontramos en la maratón! No lo sabemos pero están viendo lúganos (cosa que no sueltan… jeje..) y es una especie que por tanto perdemos. Nos despedimos y seguimos. En un nido de un águila real hay un cuervo incubando. Menuda transmutación. En otro sitio unos picogordos nos alegran la mañana volando por encima nuestro mientras emiten su canto. No está mal. Paramos en un sitio donde oímos el año pasado una Locustella naevia (en el Pirineo!). No sale… pero canta una Sylvia hortensis!!! Menudo hotspot!. El año que viene que saldrá? Hay que seguir, que vamos tarde. Diversion número 1. Sin accento: desvío en inglés. Nos tiramos de la moto y probamos una zona no testada en otras maratones. Resultado? Bueno. Sale el Emberiza citrinella y un primer Milano Real junto con unos Petronia nidificantes. Pero unas vacas de postal o de anuncio de chocolate suizo, pero sin ser de color azul, no parecen atraer suficientemente a unos bisbitas alpinos que andaban por allí una media hora antes según el pastor. Y no los vemos. Por emperrarnos en buscarlos perdemos algo de tiempo que luego no recuperaríamos. En ese lapso nos hemos cruzado con el equipo de SEO/BirdLife (GRICS-L’H) ellos montaña abajo y nosotros, para su asombro, al revés. No sería la última vez.



Mi Jaca… galopa y corta el viento…


Un desfiladero en la montaña. Buitres volando y de repente… un quebrantahuesos… y un alimoche… y un montón de gente en traje de buzo andando por la carretera. Un poco para flipar, pero es así. Menudo cóctel. El quebranta resulta que viene marcado y luego sabemos que tiene nombre y todo. Se llama Jaca, es una hembra oscense de 4 años y anda por la zona desaparejada. Se ve que ha pasado por delante de un territorio de alimoche y un adulto ha salido a perseguirla. Ella, con su parsimonia, batiendo alas y todo, va haciendo como pasando de todo y pidiéndo disculpas al pequeñajo del alimoche. Los del traje de buzo flipando (¿pero no éramos nosotros los que alucinábamos?) y el alimoche, tan espitoso que adelanta a Jaca y todo, frenando justo para posarse en una peña de la zona. En fin un espectáculo a todas luces amenizado por el canto de un roquero más solitario que de costumbre :-D




Dirección sur que vamos tarde. Muy tarde. Pero bueno, seguimos. Arriesgando con dos donuts y otra coca-cola. Pocas sorpresas, desgraciadamente. Alguna parada para buscar la undata. A la tercera sale. Uff, menos mal. Esto hay que arreglarlo dice alguno. Un gavilán la saluda desde el cielo, con buitres varios dando vueltas. Pero sin águila real. In extremis sale el halcón peregrino. Pero no el águila perdicera. Me comenta más tarde Xavier Parellada, el experto de la especie en la administración catalana, que ya veremos cuantas bajas habrá en la temporada 2009. Entre una cosa y otra esta especie no levanta cabeza (no en vano es vulnerable a la extinción en Catalunya) y ‘nuestra pareja’ no ha nidificado en 2009. Por allí cerca aparece un todo terreno rojo con un papel de aquellos que suele poner ‘se vende’ pero que dice ‘somos milanos’. Sí, otra vez, coincidimos con los colegas ‘Los 1000 anos negros’ (uno de los mejores nombres de la competición sin duda), que aprovechamos para saludar, si bien seguimos rápido nuestro camino, que aún hay faena.




Accidente grave


Alguien padeció un accidente grave en un punto de las estepas de Lleida. Alguien, que esperamos se recuperase, recibía masajes cardíacos mientras tenía un gotero puesto y dos ambulancias del SEM bloqueaban la pista, justo por la que habíamos de pasar. Después de buscar una alternativa, y ver el bisbita campestre, nos cruzamos, por segunda ocasión, con el equipo de SEO. Y otra vez en dirección contraria. Después nos confesarían que estuvieron a punto de llamarnos para preguntar qué hacíamos todo el rato al revés! Pero no fueron los únicos. Otro coche a toda velocidad y vemos fugazmente de copiloto a Francesc Giró que nos saluda. Deu!. Cuarto equipo ‘visto’ en un día. Quedan pocas zonas interesantes en Catalunya está claro.



Horas decisivas


Hay un dicho catalán que dice ‘mai diguis blat fins que és al sac i ben lligat’ (nunca digas trigo Rodrigo hasta que esté en el saco y bien ataco). O algo así… Pero habríamos de añadir un corolario: ‘ni diguis pygargus al blat fins que no l’hagis bimbat’ porque el aguilucho cenizo, como su apellido indica, es un ídem, y si la semana anterior estaba por todos los sitios, ésta no apareció, finalmente, por ningún lado, pese a estar previsto como ‘especie segura’. Menudo fallo. Para hacerlo más llevadero sin embargo una hembra de cyaneus tardía sí se dejo ver. Y un par de collalbas migratorias que esperaban que se fundiese la nieve del Pirineo (tienen para rato) nos saludaron efusivamente mientras las añadíamos a nuestra lista. Después de añadir unas cuantas acuáticas más a nuestro capazo y de atropellar al móvil de Sergi, que quedó ‘apagado o fuera de cobertura’ tras ser chafado por nuestra kangoo, vimos que había que poner gasolina (hora del pit-stop, más bien pixada-stop…) y elegimos una gasolinera con nidos de cotorra al lado. Que siempre vienen bien para añadir una especie más. Sobre todo cuando llevas entre 30 minutos y una hora de retraso. Esa espada de Damocles nos hizo renunciar a visitar una laguna (10 minutos de desvío sólo!!!) que luego sabríamos que pudo habernos rendido tres especies, como tres millones de dólares, adicionales. Pero hubo que decidir y decidimos pasar de largo. Tal vez por última vez. El resto del trayecto antes de enfilar el delta de l’Ebre mostró lo habitual: otra vez los de la SEO en dirección contraria (y la cara del amigo Juan Bécares ya con cierta sorpresa…), la ganga que no sale ni de rebote y las collalbas que están donde deberían estar.

La pregunta de Xavi fue algo sintomática en ese momento… ‘cuantas especies y a qué hora debíamos estar aquí?...’ a lo que Ricard respondió con un lacónico ‘más vale no saberlo…’. Otra vez cara de Chiquito diciendo… ‘Jarl’! Pero alea jacta era y andando hacia los nubarrones que veíamos a lo lejos tocaba.



Nubes, viento y gente, mucha gente



El delta del Ebro dicen que se está hundiendo porque sube el nivel del mar. Falso. Es porque cada vez hay más gente en la torre de l’Aufacada y de hecho en todos los lados! Y eso que hacía un tiempo de perros! Nuboso casi lloviendo, viento con temporal de levante que inundaba la otrora zona llenísima de limícolas. Con el planning rehecho en el trayecto para optimizar y quemar los últimos cartuchos y alcanzar el nirvana ornítico, sabíamos perfectamente lo que habíamos de ver en cada sitio. Sí, lo sabíamos hasta ver el panorama y temernos repetir lo que pasó hacía dos años cuando se hizo de noche a las 18:30. Si se aguantaba y no llovía aún había algo que hacer. Si empezaba a diluviar estábamos perdidos. Obviamente no nos podíamos permitir ese lujo. Este año no. Otra vez no.

Llegamos a la primera zona y ‘oh’! tres coches en el sitio óptimo. Quienes? Como no! Los tramuntanos! (quinto equipo que veíamos en el día) y los little bastards (sexto) junto con unos ornitólogos locales. Ah no!, si vamos para allá nos liaremos a hablar y no podemos. Nos paramos antes desde donde vemos un grupo de ostreros con traje de buzo y tubo porque el nivel del agua había subido bastante. Mal rollo, mal rollo. Pero van saliendo los limícolas hasta que se van los grupos y al marchar se espantan los limícolas. Oímos de lejos (y vemos) al único Numenius phaeopus de la zona (que ya teníamos controlado) pero al ir para allá comprobamos que no queda ni una aguja colipinta. Segundo fallo de las especies ‘seguras’ que habíamos de ver. Cosas que pasan. En vista del percal decidimos cambiar la ruta radicalmente intentando evitar al máximo a la gente. Si van para allá, nosotros al revés (como durante todo el día por otra parte…), a nuestro aire. Cambios de último minuto, descartes y sacrificio de zonas en función de posibilidades (luego confirmadas) de encontrar passeriformes migrantes en forma de P.sibilatrix, F.hypoleuca o P.phoenicurus que elevan la moral al máximo, junto con dos Stercorarius y unos Caprimulgus europaeus volando por el mar. Nos queda casi nada para llegar a nuestra meta, cuando media hora antes parecía que estaba todo perdido, y en Buda vemos otro par de especies más. Pero al dirigirnos a la torre… vemos que está ‘abarrotá’. Siete equipos encima!!!: los tramuntanos, la gente de Toni Alcocer de València, el equipo de l’Albert Cama, los GRICS, los 1000 anos, los little bastards y nosotros… Overbooking total. Aún y así, pese a pisar a alguien (lo siento!) y algún apretón (parecía el metro de Tokyo) nos perdemos dos especies pero aún vemos algo, que nos lleva al resultado definitivo y final. Una tardía oportunidad en Riet no produciría nada. La Gallinago gallinago que nos dijeron luego que había allí se había marchado con un temminckii a ver el partido de futbol Valencia – Barça o sea que, ya algo derrotados físicamente y sin cruzarnos con nadie más, nos fuimos a hacer lo mismo. Sin coincidir, lamentablemente, con la Gallinago. Ni con el temminckii turista. Final de trayecto. Bandera a cuadros. Hasta el año que viene!.

Los 1000 anos, los de GRICS-L'H contentos por contribuir a compensar el SEO2 ... fin de fiesta en la torra de Buda

martes, 28 de abril de 2009

Ya está

Se acabó la maratón 2009. Otra vez con igual o peor ranking pese a haber mejorado notoriamente nuestra marca anterior. Pronto tendreis online la crónica de la maratón e incluso contracrónicas de alguno de nuestros miembros.

De momento os dejamos con el videoclip 'freak' de la maratón 2009 de nuestro equipo. Algo de humor siempre viene bien...

domingo, 19 de abril de 2009

Black Sabbath 25.4.2009... heaven and hell!



Como la canción del grupo Black Sabbath, aquí interpretada por Ronnie James Dio, el próximo sábado (Sabbath) será heaven (cielo) para algunos y hell (infierno) para otros. Dependerá de como haya ido el día. Y de los resultados de la maratón. Esperemos que sólo sea sin embargo a título teórico y en relación a los resultados que se obtengan y no a desgracia personal alguna. Ojo en la carretera, pués.

Que todo el mundo se lo pase bien, que se vean muchos bichos y que la gente disfrute. Igual nos vemos por ahí. Nuestro equipo, de los 'men in black' espera obviamente que sea un buen 'black' sabbath... Pero si no, pues otro año será.

martes, 7 de abril de 2009

Opinión: Sobre maratones ornitológicas


Ocasionalmente este blog, órgano de expresión del equipo Rarebirdspain, acoge escritos de opinión de terceros. Como en casos similares, éstos reflejan el punto de vista de sus autores y no necesariamente del equipo. RBSBT


Sobre maratones ornitológicas

Por Jordi Martí-Aledo

A principios de los años 90 participé en un par de maratones por tierras de l’Empordà (Girona). La principal conclusión que saqué de aquella experiencia es que no tenía demasiado sentido estresarse durante un montón de horas y jugársela conduciendo a toda pastilla por las carreteras con el objetivo, tan sólo, de sacar más especies de aves vistas que el equipo contrario. Pensé que todo aquello era justamente lo que yo no pretendía experimentar con la observación de aves. Vaya, que lo que a mi me gustaba era salir al campo a disfrutar tranquilamente de ellas y practicar la ornitología con un afán no competitivo. Alguien me dirá que una cosa no quita la otra, y yo le diré que eso es rigurosamente cierto, pero que a mí me basta con lo segundo.

Mientras no se ponga en juego la vida de nadie y se respeten la propiedad privada, los espacios naturales protegidos y la integridad física de las aves, uno puede dedicarse a hacer maratones durante todo el año, siempre que se disponga de tiempo y dinero. Nada que objetar al respecto. En mi opinión, el problema radica en que se está dando demasiada transcendencia al tema, a partir de argumentos poco sólidos como decir que gracias a estas maratones los distintos lugares, menor o mayormente considerados, se dan a conocer al turismo ornitológico extranjero o nacional. Yo no he topado todavía con ningún ornitólogo, español o no, que me haya comentado que ha venido a ver aves a Catalunya (mi tierra) porque aquí pueden registrarse más de 200 especies en tan sólo 24 horas, y eso que, por cuestiones de trabajo, hablo con muchísimos de ellos cada año. Los ornitólogos de fuera de Catalunya vienen aquí a practicar la ornitología porque son sabedores, a partir de diversos medios, del gran interés que tienen espacios como la estepas de Lleida, el Pirineo Catalán, el delta de l’Ebre o los Aiguamolls de l’Empordà, por poner tan sólo unos ejemplos. Estos enclaves son conocidos desde hace mucho por motivos que poco tienen que ver con proezas maratonianas.

Luego está el tema de la credibilidad de los resultados. Yo no dudo que en un determinado territorio puedan llegar a verse, en unas determinadas fechas, hasta un número determinado de pájaros. Conociendo el estatus y la fenología de las especies, cualquier argumentación al respecto puede ser fácilmente demostrable. Lo que no tengo tan claro es que una lista casi interminable de aves pueda ser certificada en tan sólo 24 horas. Yendo con un cohete en el culo – y me vais a perdonar la expresión – lo veo francamente difícil. ¿Que se trata de un tema de preparación previa? Quizás sí, pero yo me pregunto cuánto habrá de sugestión – que no de inventiva – en todo esto. Hace bastantes años, un integrante de un equipo asiduo a este tipo de maratones me pidió dónde ver de forma segura el Gorrión Chillón. Decidí gastarle una broma (éramos amigos y había confianza) y le dije que fueran a un determinado terraplén de una carretera, porque allí había una pequeña colonia. Unos días más tarde, me llamó para agradecerme la ayuda y decirme que fue “llegar y fichar”. Yo le dije que debió ser “llegar y fichar” al Gorrión Común, porque allí de Chillón no había ni medio. Tras las pertinentes comprobaciones, el equipo sacó al Chillón de su lista.

Actualmente, y debido a la transcendencia que han adquirido estos eventos, ni se me ocurriría hacer una broma así, porque igual acababa sentado ante un tribunal. ¿Quién certifica que un equipo de maratón ha sido capaz de detectar 100, 150 o 200 especies de aves en un espacio y fecha determinados? Francamente, hasta que cada equipo no vaya acompañado de uno o más inspectores que validen las identificaciones, pienso que esto no es serio. Creo que no es suficiente conformarse con la ética de la gente, porque ésta puede estar reñida con la sugestión. En otro orden de cosas, tampoco entiendo la reglamentación que rige la práctica de las maratones ornitológicas en nuestro país.

Dejando de lado que hasta ahora estaban permitidas prácticas como visitar estaciones de anillamiento o entrar en las reservas integrales disponiendo de autorización (?¿?), y que hacerlo o no tan sólo dependía del mal o buen proceder de los participantes, o de disponer de mejores o peores contactos, creo que es muy importante que la organización obligue a los distintos equipos a competir en igualdad de condiciones. Me explico: no es lo mismo hacer la maratón en coche particular que en avioneta (más una batería de coches, imagino), como tampoco lo es tener que costeártela de tu bolsillo que disponer de patrocinador.

Más de uno me dirá que todo el mundo es libre de buscarse la vida en esto, a lo que yo contestaré que eso es rigurosamente cierto, pero opino que cosas así no favorecen para nada el fair play y lo único que generan es crispación. La organización debería reglamentar al máximo estos detalles o bien puntuar de manera diferente a cada equipo en función de sus disponibilidades. Algo parecido se hace en los rallies, donde se valoran las distintas motorizaciones y otras prestaciones de los vehículos. En fin, quizás me estoy extendiendo demasiado en un tema que no va conmigo. Se trata tan sólo de mi opinión y espero que nadie se sienta ofendido con mis palabras.

Saludos cordiales,

Jordi Martí-Aledo