jueves, 19 de febrero de 2009

Pecados capitales


Gregorio I, el Magno (que podría haber sido ornitólogo, o aprendiz flipando al no poder identificar el bicho que vuela, ver imagen de arriba) estableció que los Siete Pecados Capitales son los siguientes: Lujuria, Gula, Avaricia,Pereza, Ira, Envidia y Soberbia. Si bien eso de pecados y tal es discutible en el mundo actual, particularmente en cuanto a la lujuria y la gula, hay otras cuestiones que siguen de actualidad y pecado o no, dan mal rollo.

La ornitología ibérica está enferma. ¿Serán cosas de la edad? No se... en todos lados cuecen habas pero veo problemas serios a medio plazo. Dice la wikipedia sobre la definición de envídia lo siguiente:

'De acuerdo a la primera definición de la Real Academia Española la envidia es sentir tristeza o pesar por el bien ajeno. Esto es sentirse mal porque otro tiene algo sin necesariamente desear eso que el otro tiene, sino más bien por el mismo hecho de la bonanza en el otro. De acuerdo a esta definición lo que no le agrada al envidioso no es tanto algún objeto en particular que un tercero pueda tener sino la felicidad en ese otro. Entendida de esta manera, es posible concluir que la envidia es la madre del resentimiento, un sentimiento que no busca que a uno le vaya mejor sino que al otro le vaya peor.'

Es decir, desear el mal al prójimo (que baje el Espanyol o el Atlético de Madrid a segunda por ejemplo). O que se fastidie aquel ya que yo no he visto tal o cual cosa. O voy a publicar tal o cual cosa o artículo antes que el otro. O esta cita es mía o ... Sigue la wikipedia así:

'De acuerdo a la segunda de las acepciones de la Real Academia Española la envidia se puede encuadrar dentro de la emulación o deseo de poseer algo que otro posee. Siendo en este caso que lo envidiado no es un sujeto sino un objeto material o intelectual. Por lo tanto en esta segunda acepción la base de la envidia sería el sentimiento de desagrado por no tener algo y además de eso el afán de poseer ese algo. Esto puede llegar a implicar el deseo de privar de ese algo al otro en el caso de que el objeto en disputa sea el único disponible. Una tercera posibilidad para comprender lo que la envidia implica sería la combinación de las dos acepciones mencionadas anteriormente. Cualquiera sea el caso, la envidia es un sentimiento que nunca produce nada positivo en el que lo padece sino una insalvable amargura.'

Dice una persona que quiero muchísmo que los ornitólogos estamos todos majaras y como una cabra. En parte es verdad, porque hacer centenares de kilómetros detrás de la posibilidad de ver nosequé bicho raro, no deja de ser algo atípico (yo le digo que más raro es ver 100.000 personas sentadas dando gritos viendo como 22 personas dan patadas a una cosa redonda sobre un campo verde y que encima esos que corren cobran miles de veces lo que cobrarás tu en la vida levantándote a las seis para ir a trabajar...). Lo malo es que últimamente el tema se complica con grupos que piensan que saben más que los demás (o menos) y movidas raras que hay de toda índole. O sea, que sí, que estamos todos como una cabra. Y lamentablemente no montesa. Sino de granja.


¿Como pueden entenderse luchas intestinas entre ONGs dedicadas a lo mismo en el mismo ámbito?¿Y la falta de colaboración entre alguna de éstas y una tercera en un ámbito pero connivencia en otro? Esto huele mal. A muerto más bien. Si las ONGs fueran voluntarias y sin cobrar como en los años 1980s tal vez otro gallo cantaría. Sólo tal vez. Por eso hay que respetar a la gente que aún se mueve por ideales. Y no por subvenciones. Aquí también hay envidias. Pero monetárias y de Statu Quo (no del excelente grupo de rock británico sino de la situación 'parada'). Mal rollo, en definitiva.

Envidias a parte, en la que nos damos cuenta de la bondad del dicho 'cría cuervos que te sacarán los ojos' (pobres córvidos, que mala fama... pero que real es el dicho), el llevar al extremo el coleccionismo o afición testosterónica (de aquí que haya menos féminas ornitólogas que varones) de la 'caza' de la especie deseada, llega (o llegará) a ser malo. Y está dañando el simple hecho bondadoso como es el conocer las especies de la avifauna. Me pregunto yo, si el bimberismo o boroñismo o como quiera decirse, se extendiese a otros ámbitos (malacología por ejemplo), habrían carreras para ver tal o cual concha expuesta en el supermercado de turno o llegada a tal o cual playa? Me temo que sí. La lástima es que esta cuestión, que un día acabará con un accidente de coche y alguna desgracia, no se lleve bien y que tengamos que lamentar expresiones por parte de alguna persona que se piensa superior a los demás de desprecio hacia los recién llegados a este mundo, cual paletos de los años 60s. De hecho no es un caso de una persona, es un mal bastante abundante. No hace falta estudiar cinco años en una universidad: cualquiera con un poco de dominio del inglés y 'cuatro amigos' ya es doctor de la iglesia. Fantástico. ¿Pero porqué machacar a aquellos de otras generaciones que un día vendrán detrás a tal vez sustituirnos? Yo no se en otras comunidades autónomas, pero veo por aquí la ornitología una afición cada vez de gente más grande, por encima claramente de 25 y de 30 o más si me apuras. ¿Cuantos chavales de 14-15 años hay interesados en las aves?, ¿y mujeres? Porque no lo pensamos un poco todos...

No, no estamos hablando de otros equipos de la maratón. A veces hemos criticado algunas acciones del equipo de los tramuntanos como tal , pero está claro que en el ámbito de la divulgación ambiental han cumplido un papel a tener en cuenta. En otros ámbitos sin embargo el que no está subscrito a no se qué revista o no lee cada día determinadas webs extranjeras no es nadie. También están los que adoran a su profeta particular. Bueno... como en todo, un día se darán cuenta que también es humano como ellos.

Otra definición que conviene recordar de la wikipedia es la de humildad: La humildad es una cualidad o característica humana que es atribuida a toda persona que se considere un ser pequeño e insignificante frente a lo trascendente de su existencia ... . Una persona humilde generalmente ha de ser modesta y vivir sin mayores pretensiones: alguien que no piensa que él o ella es mejor o más importante que otros.

Aquí si valdría la pena aplicarse todos el cuento. A algunas estrellas fugaces les iría especialmente bien.

Si queremos realmente que esta afición siga en el futuro, tal vez habríamos de medir nuestros comentarios, nuestras palabras, reconocer nuestras limitaciones (sí, algunos ya se que lo saben todo, perdonádnos a los demás mortales, por favor) y pensar en el futuro. Menos envídia, más humildad, más compañerismo o buenrollismo hippie. Cada vez que me encuentro con gente como José Luis Rabuñal o Tom Gullick por ejemplo, veo a gente con una edad que llevan bien las cosas. ¿Cuanta gente llegaremos a su edad con el mismo buen rollo? Ya lo decía mi abuela (menuda sabiduría popular): 'el que siembra recoge'. A lo mejor este año no, ni el que viene... tardará uno más... pero recoge. Palabrita del niño Jesús. Porque así no vamos bien.

Pero es igual, a los que pudiera ir dirigido ésto no están leyendo estas letras, demasiado ocupados en prospectar su ombligo.

lunes, 2 de febrero de 2009

Maratón galega de rarezas

Playa de la Concha, Cariño © Ricard Gutiérrez

Tres pesos pesados del comité de rarezas de SEO/BirdLife (en el sentido estricto de la palabra), dos de ellos miembros de este equipo de birdracing, se vieron tentados por el acúmulo de rarezas observadas en Galicia durante enero de 2009 y, avión y coche de alquiler en ristre, teléfono móvil con contactos de colegas en mano, a lanzarse a la observación y captura fotográfica a poder ser de las rarezas potencialmente observables en Galicia esos dias. Del 30.1 al 1.2.2009 estuvimos en lo que podría ser una nueva modalidad de maratón ornitológica: la observación del mayor número de rarezas y aves interesantes en poco tiempo. Sin matarse pero sin parar. Diez especies del comité de rarezas diez en dos dias. ¿Simil taurino? Tal vez, pero aún conservamos las dos orejas.... y el resto...

A por ellos




Ría del Ferrol, Sala, Sergi & Jordi © Ricard Gutiérrez

El planning efectuado por Jordi Martí fue perfecto. Habiendo movilizado a los colegas ornitólogos galegos para saber la última hora de cualquiera de las rarezas presentes esos días, redactamos una lista de catorce posibles especies de interés (rarezas o aves escasas) a observar de forma prioritaria. Esas especies nos podían llevar de Lago, Lugo por el norte a Muxia, A Coruña por el sur. ¿La base? Casa Varela en Ponteceso. Con lluvia galega recibiéndonos en Santiago el viernes 30 por la tarde-noche y una previsión de temporal duro para el sábado y domingo, la verdad es que pensábamos que nos íbamos a mojar... Alerta naranja decretada, decidimos, conjuntamente con Luís J. Salaverri 'Sala' que nos acompañaba esa noche en Ponteceso, en empezar por la ría de Ferrol para ‘atacar’ los Paíños de Leach (Oceanodroma leucorhoa) que habían entrado en la ría días antes... Lloviese o no, íbamos hacia el norte. ¿Hasta donde? Pues a Lago no porque según otro de nuestros contactos, Ricardo Hevia, la piscifactoría de Lago que acogía un buen número de gaviotas interesantes (polar, hiperbórea y cáspica) había sido muy afectada y no había casi nada el viernes día 30. Nos concentraríamos de Estaca al sur. A ver que tal.

Después de la tortilla de patatas reglamentaria de casa Varela y de la copa de turno en el local próximo de Ponteceso donde Jordi había estado días antes en su visita de enero, el planning establecía diana a las 06:30 para largar dirección norte. Así fue.

A radio galega

Que tostón el programa de caza de radio galega del sábado por la mañana antes de las 8. No se si lo oye alguien, pero entre ligeras lloviznas, cielo oscurísimo (amanece 50 minutos más tarde que en el NE) y demás, era un tostón de necesario aguante hasta oír la previsión meteorológica dado el caos anunciado el dia antes. Que pasó? Un sol impresionante ‘de verano’ como diría una persona que nos encontramos más tarde.

Llegamos gracias al GPS de Sala a Ferrol donde nos esperaba un Leach. Bien visto volando por la ría y evitando dos halcones peregrinos que intentaban desayunárselo. Interesante en la zona también algún colimbo grande y dos garcetas grandes. Una vez visto el Leach, el último de hasta 31 que hubieron, rumbo norte a una concentración impresionante de aves raras en un único sitio: la laguna de A Frouxeira, en Valdoviño.



Valdoviño: Sala, Sergi, Antonio Marín, Jordi © Ricard Gutiérrez

Looking for the focha desesperadadamente

Esto de las fotos que te envían para la web despista. Ves una pedazo de foto de la focha americana y te piensas que estará allí a 20 metros para dejarse fotografiar y eso. Craso error. Busca un bicho negro entre un grupo de bichos también negros (por suerte de día...) y encima prácticamente iguales a más de medio kilómetro y moviéndose constantemente. Además añádanse unos centenares de porrones y patos de otras especies y tienes un caldo de cultivo montado que va de perlas tanto a los buscadores de cosas raras (entre los que nos incluimos) como a los fabricantes de paracetamol, aspirina o ibuprofeno porque el dolor de cabeza (o de tarro –no el pato-) es (y era) importante.




A buscar la focha... ¿fácil no? A Frouxeira, Valdoviño © Ricard Gutiérrez

Allí estaba, escondida, la focha americana (Fulica americana) más pequeña, algo más gris, de cuello más estrecho y de pico diferente, sin escudete prominente y con banda subterminal negra. ¿Cuanto tiempo haría que estaba allí? Seguro que no llegó el otro día: no prestamos atención a las especies más frecuentes y en medio, ves por donde, aparecen aves de lo más escasa. La 3ª para España ni más ni menos. Y esto nos hace pensar a todos en que debemos mirarlo todo... ¿cuantos Phalacrocorax auritus habrán llegado a España y habrán pasado inadvertidos?... hay gente que los mira... ¡pero hay que repasarlo todo!. El ejemplo de la focha está ahí. Rareza 1 al saco.

Buscando la focha apareció todo lo demás: el macho joven de Aythya affinis junto con algunos moñudos; una hembra de Aythya marila (enorme comparada con los fuligula) o dos (no uno) machos de Aythya nyroca (un macho adulto de ojo blanco y otro más joven de ojo marrón claro). La hembra de porrón de collar Aythya collaris también andaba dentro del grupo, como un inusual en la zona Netta rufina. Rarezas 2 y 3 liquidadas.



Porron line: fuligula, fuligula, affinis. Valdoviño, A Coruña © Ricard Gutiérrez

Faltaba sólo un neártico, el Anas discors, que apareció lejos del grupo principal, junto al carrizal del fondo de la laguna, donde lo vió brevemente Sergi Sales. Rareza nº 4 observada. Objetivo cumplido. Cuatro rarezas en una misma laguna! (fulica, discors, affinis y collaris). Y encima dos porrones más. O en otros términos, todos los Aythya de la lista española en una única laguna.

La laguna era una maravilla: decenas de zampullines, gaviotas (una tridáctila!) cerca de la playa, cormoranes, algún ardeido... un lugar fantástico como ‘local patch’ que era lo que Antonio Márín tenía la suerte de tener al vivir allí mismo. Después de despedirnos de Antonio y Sala, que tenía que dejarnos por temas laborales, decidimos ir dirección norte a Cedeira, por si podíamos ahorrar tiempo y ver allí ya polar e hiperbórea, como había registrado el día antes Ricardo Hevia.




Gaviota de Delaware, adulta, Cedeira © Ricard Gutiérrez

No hubo suerte. Ninguna gaviota blanca pero sí un ave interesante ‘local’: un adulto de Gaviota de Delaware, que siempre interesa ver. Y un fotógrafo local que nos interpela en el puerto preguntando ... ¿estáis buscando gaviotas blancas? Y es que la fiebre de la polar e hiperbórea arrasa el N peninsular en enero de 2009! ¿Habiendo pasado de largo de Cedeira? Tal vez al menos por ese día ... con lo que, después de saludar a los gaviones y las siete tridáctilas del puerto y diligenciar un bocata, nos vamos a Cariño. Avisamos a Ricardo que de una vuelta por allí y nos esperará en la playa

Cariño, he encogido a ...


Gaviota polar, Cariño © Ricard Gutiérrez

A la hiperbórea. ¡No estaba! Había una esa mañana y no estaba. Sin embargo sí tres maravillosas gaviotas polares. Rareza nº 5. Ah, que delicia de gaviota. Que esbeltez, que diseño, que ‘buen rollo’ de cara... En el riachuelo que da a la playa, junto a la orilla descansando con otros láridos o en el puerto, allí estaban en un espectáculo impresionante para los que venimos de otros mares más cálidos y sin gaviotas blancas (alguna albina, pero no cuenta). En Cariño también alguna Rissa. Justo fotografiando una nos damos el susto del siglo. Oigo un grito (de la tridáctila) y de repente, a través del visor de la reflex, un delfín mular saltando (todo él! 4 m y 500? Kg) fuera del agua, espantando a la pobre gaviota y a mi también. Grito ‘un delfín!’ y Ricardo dice, 'ah sí, es manso! Vive aquí y la gente juega con él'. Sin embargo ver un delfín mular adulto tan cerca no es cosa que se vea cada día y nos dedicamos a sacarle fotos, vídeos e incluso enviar alguno por teléfono móvil a la familia. Luego de comentar la jugada con Ricardo, buena gente la de Cariño, decidimos de probar suerte con la hiperbórea por la Costa da Morte. Como decía él, es ilógico que habiendo entrado en Pontevedra y en Ortigueira no hubiese por medio... Buen pronóstico!

Delfín mular Tursiops truncatus, Cariño © Ricard Gutiérrez

Rumbo a la costa da Morte


Llamada de José Luis Rabuñal, presidente del comité de rarezas y pope de la raritologia galega: está, bajo fuerte temporal, viendo 4 gaviotas hiperbóreas juntas en Camariñas. Gurú Ricardo Hevia tenía razón. Off we go. Que estrés! jajaja.

Puerto de Camariñas con hyperboreus de 2w © Ricard Gutiérrez

Después de una paradiña en el observatorio de José Luis (tiene uno dedicado en Cabana) donde vemos el Anas americana macho y algunos patos (rareza nº 6), nos vamos disparados a Camariñas. Queda 1 hora de luz y hay que aprovechar. Cuando llegamos ya se ha marchado Rabuñal pero no tres de las cuatro hiperbóreas que están posadas en el puerto. Impresionante bicho. La nota graciosa la da Jordi que pregunta ‘¿donde están?’ a la que respondo ‘allí’ a simple vista: un ave de 2º invierno parece una oca de granja comparada con las patiamarillas y sombrias. Menudo tanque. Encima vemos un adulto, ave rara de ver por nuestras latitudes. Lástima de la luz pero aún podemos sacar algunas fotos. Es la rareza nº 7 del día!. Más tarde, junto al muelle, una polar de 1r invierno, la vista por Jordi Martí unas semanas antes que nos saluda como diciendo ‘ a este lo conozco’ o como se diga en danés de Groenlandia.

El viento que arrecia impide buscar los negrones, particularmente el careto que decidimos dejar para el día siguiente. Hemos observado siete especies neárticas y polares en un dia. Siete rarezas. No está mal. Pero aún queda un día. A Ponteceso a recuperar fuerzas.

Que viene el temporal

Si hubiésemos de hacer caso de las predicciones climatológicas no saldríamos de casa. Sin embargo conviene tenerlas en cuenta. El domingo parecía el día del Apocalipsis según los meteorólogos. Hasta nos llamaron madres, amigos y allegados pidiéndonos cuidado. Hizo un sol primaveral impresionante con cuatro nubes para las fotos.

La búsqueda de la collalba desértica fue infructuosa. Ya nos había avisado José Luis que igual se la había llevado el viento huracanado de la semana anterior o cualquier otra cosa pero que el sábado no estaba. Igualmente recorrimos la duna de Monteblanco, en A Insua para buscarla. En su lugar, un chorlito dorado en medio de las piedras. Dorado, repito, dorado. Porque con la intoxicación de rarezas parecía que pudiese ser cualquier cosa menos algo normal. A parte del grupo de cornejas, ostreros y bichos diversos ni rastro de la collalba. Como la película en versión inglesa: ‘Gone with the wind’ o en castellano.... ‘Lo que el viento se llevó’. Lo siento, es malo, pero no he podido resistirme.

Ricard, José Luis y Jordi en A Insua© Sergi Sales

Estoy razonablemente seguro

... que he visto un Tringa melanoleuca a primera hora. A ver si lo encontráis por la orilla norte’. Rabuñal nos daba un sobresalto con esta llamada al móvil. A buscar los nebularia. Aún no había salido la carolinensis y ya teníamos un nuevo objetivo... además nuevo, no un twitch! (luego sabríamos que había sido visto de forma independiente por un equipo asturiano la tarde anterior). Lo encontramos.

Junto con los nebularia. De pico algo estrecho, se le vieron bien todos los rasgos estructurales, particularmente en comparación con sus primos paleárticos de patas verdes. Otra rareza. Y de las buenas!. SMS de alerta a los colegas galegos y José Luis que se junta con nosotros para proseguir la observación del ave. Rareza nº 8 avistada. E inesperada!

Anas carolinenis. A Insua, Ponteceso, 1.2.2009 © Ricard Gutiérrez

Después de hablar un rato y comentar la jugada, una foto de rigor, la carolinensis que aparece como por arte de magia delante de nosotros (rareza nº 9 del viaje) y nos vamos a por el Melanitta perspicillata y las hyperboreus de Camariñas.



Tringa melanoleuca & T.nebularia, A Insua, Ponteceso 1.2.2009 © Ricard Gutiérrez

Outro pato

Melanitta nigra & M.perspicillata, Area da Vila 1.2.2009 © Ricard Gutiérrez

Playa de Area da Vila. Llegar, poner el trípode, mirar, 16 Melanitta nigra y una hembra de perspicillata. Otra más, la 10ª!. Pasa una hiperbórea de 2º invierno por delante volando. Se posa en la playa. Luego otra más allá. Y un adulto. Y un montón de gaviotas volando entre ellas lo que sería un segundo adulto, éste anillado!. Total 5 hiperbóreas en Camariñas!! Que barbaridad. Diez especies raras de comité en dos dias. Insuperable? Seguro que no, pero sí de insuperable recuerdo, no únicamente por las aves, espectaculares todas sino por el habitual calor humano que siempre recibimos de los colegas galegos. Volveremos...

Larus hyperboreus 2w, Camariñas © Ricard Gutiérrez